Victoria con sabor a inconformismo | Nacional 2-1 Bucaramanga

No fue solo el hecho de haber quedado eliminado en la Copa Libertadores, fue la forma vergonzosa, sin carácter y sin sentido de pertenencia por parte de los jugadores en Avellaneda lo que hizo que el ambiente del partido ante Bucaramanga en el Atanasio Girardot fuera tensionado. Para los que asistieron al estadio y seguramente para millones más afuera, la victoria ante el Leopardo supo a muy poco.

Ni siquiera con el 2-0 a favor, al término del primer tiempo, mermó la voz de la tribuna que pidió "que se vayan todos, que no quede ni uno solo", el sudar la camiseta y dejar la vida en la cancha cada fecha. El dolor sigue en el hincha, la exigencia se mantiene y la obligación que carga ahora el equipo por obtener resultados con una mejor propuesta futbolística es ineludible.

La eliminación ante Racing, de la cual no se ha escuchado mayor autocrítica públicamente, dejó una herida profunda en el corazón la cual solo podría ser subsanada con el título de la Liga, incluso un doblete con el de la Copa BetPlay, según hablamos con algunos aficionados.

Ser campeón en diciembre es la única salida que tiene Atlético Nacional para intentar dejar atrás este mal trago, algo perfectamente posible en medio de la mediocridad que caracteriza al torneo. El problema radica en que hasta el momento no se han visto grandes argumentos futbolísticos para ser considerado favorito y al técnico Amaral le queda mucho trabajo táctico pendiente para tener un equipo más sólido porque así es como el paladar verdolaga se acostumbró a ganar. Cualquier otro resultado solo ahondará la crisis cuya luz al final del túnel se ve distante.

Por: Juan David Londoño